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Desde el auge de las plataformas digitales, diversas interacciones han pasado a formar parte de un modo de producción basado en la apropiación de prácticas, datos y preferencias personales. Las redes sociodigitales han dejado de percibirse como mediadoras del discurso, para visibilizarse como empresas que tienen un amplio poder para con!gurar prácticas de consumo, formas de sociabilidad, y relaciones laborales a través de procesos de jerarquización automatizada de información, de reutilización de datos y de gestión de procesos vinculados al trabajo. Ante esta realidad, es importante que la sociología, se involucre en la comprensión de las relaciones entre plataformas digitales y sociedad. Detrás de la aparente ubicuidad mediadora de las primeras, existen tensiones que las vinculan, por un lado, con las estructuras sociales, el poder y la agencia de los individuos, y por el otro, con las resistencias y contrapesos a las prácticas de vigilancia y control, al extractivismo de datos, a los sesgos algorítmicos y a la polarización, entre otros fenómenos.