Por Patrick Michel
Un fantasma atormenta al mundo. Y es el fantasma de la religión: “hoy nuevamente, hoy finalmente, hoy de un modo diferente, la gran cuestión todavía sería la religión y lo que algunos se apresurarían a denominar su ‘retorno'” (Derrida, 1996:61). No obstante, el condicional al que Jacques Derrida recurre en estas líneas constituye un innegable llamado a reformular de inmediato el problema: nuevamente, finalmente, de un modo diferente, se está hablando de religión. Pero, cuando se habla de religión hoy en día, ¿“de qué” se está hablando realmente?