Por Rubén Darío Velisario Reyes
Kartas y Tudor en su capítulo de libro «Reflexiones sobre el rol de la religión y la fe en el discurso y práctica del desarrollo» (2013) afirmaron que «en los Estados fallidos no funcionales, la prestación de servicios por parte de las organizaciones basadas en la fe, junto con otras organizaciones comunitarias, puede ser necesaria para evitar el hambre y otros desastres.» (p. 217). Esto fue lo que observamos en Venezuela. Un conjunto de organizaciones religiosas de acción social1 (que los autores antes mencionados llaman organizaciones «basadas en la fe») y otras oenegés entregadas a mitigar el sufrimiento de los venezolanos más afectados por la crisis más grave de la historia de Venezuela. Este fue el punto de partida de nuestra investigación; la acción social de estas organizaciones en dicho contexto.
Nos limitamos a las organizaciones religiosas de acción social. Estas son organizaciones sociales similares a las organizaciones seculares. Lo que las diferencia es la adscripción religiosa de las primeras. Nos preguntamos qué rol desempeña el factor religioso en su acción social, en la organización social misma y en sus miembros, ya que en la práctica es difícil aislar estos tres componentes.
Para realizar nuestro estudio nos acercamos a Fe y Alegría de Venezuela, Caritas de Venezuela y el Proyecto Juvenil Misionero (PROJUMI), como tres organizaciones religiosas muy activas en la provisión de servicios para los venezolanos más vulnerables a la crisis. La elección de estas tres organizaciones nos permitirá revisar las similitudes y diferencias de estas. Las tres comparten la misma fe católica, pero la encarnan en la práctica de forma diversa. La tesis analizará dichas diferencias, especialmente en sus recursos organizativos (elementos internos y externos) de la organización (ver más abajo).