Editado por Ana Falú y Olga Segovia
El proceso de globalización afecta y cambia la vida en las ciudades del mundo. En América Latina, las grandes ciudades están marcadas por fuertes desigualdades sociales y económicas que se expresan en evidentes inequidades, segregación y fragmentación social y territorial. Un conjunto de complejas dimensiones nos confronta hoy a ciudades más violentas, fuente de temores y diferencias que aún parecen irreductibles. Esta creciente violencia e inseguridad afecta al conjunto de la ciudadanía, pero es vivida por hombres y mujeres de manera distinta. Existen formas de limitación a la vida en las ciudades que no solo se refieren a desigualdades económicas y políticas, sino también a persistentes asimetrías entre mujeres y hombres.
La violencia, que se expresa en una diversidad de dimensiones y variables y que parece crecer y multiplicarse, hoy está en la agenda de preocupación de los gobiernos y de la ciudadanía.
Cuando decimos que existe violencia contra las mujeres en las ciudades, no solo nos referimos a los delitos tradicionales que dificultan la vida cotidiana, tales como hurtos, robos, asaltos, violaciones; también estamos aludiendo a fenómenos vinculados a la forma en que se concibe el desarrollo urbano, a la falta de participación ciudadana, a la dificultad de accesos a servicios —los más privatizados—, a la desregulación, entre otros. Todos son factores que, de una u otra manera, inciden en los grados y modalidades de las manifestaciones de violencia efectiva o simbólica hacia las mujeres. Creemos que, fundamentalmente, la violencia contra las mujeres se basa en el orden de género imperante y se sustenta en pautas culturales profundamente arraigadas, construidas socialmente: es el ejercicio de poder de un sexo sobre el otro. Para enfrentar estas realidades complejas, planteamos elaborar propuestas más abarcadoras e innovadoras, generar mecanismos de colaboración y reflexión conceptual, desarrollar y comparar experiencias.
Si bien la inseguridad en las ciudades y la violencia son particularmente relevantes en la vida de las mujeres, la ciudad —ámbito privilegiado de la interacción social y cultural— constituye, para ellas en particular, un factor coadyuvante tanto al desarrollo de su ciudadanía como a la autonomía personal. Por esto, la apuesta por ciudades más democráticas y de mejor y mayor convivencia lleva implícita, como condición fundamental, la erradicación de la violencia contra las mujeres, su empoderamiento y la promoción de sus derechos como ciudadanas.
De esto se trata el Programa «Ciudades Seguras: violencia contra las mujeres y políticas públicas», ejecutado por Unifem —el Fondo de Desarrollo de las Naciones Unidas para la Mujer—, con el apoyo de la Agencia Española de Cooperación Internacional (AECI) en varias ciudades de Sudamérica, y coordinado por la Oficina de Unifem para Brasil y países del Cono Sur. La violencia es el mayor límite a la libertad de las personas. Con este Programa, Unifem quiere aportar en la reducción de sus manifestaciones en las ciudades y ampliar la asistencia técnica a los municipios, acrecentar la colaboración con las ONG y redes especializadas en el esfuerzo de construir evidencias y argumentos para el desarrollo de políticas y estrategias de acción.
Este Programa tiene como objetivo central fortalecer el ejercicio de los derechos de las mujeres y su ciudadanía activa, para lo cual es esencial reducir la violencia pública y privada. A lo largo de su desarrollo, esta iniciativa nos ha demostrado que la inclusión de la perspectiva de las mujeres en la planificación de la seguridad en las ciudades es vital para el uso y disfrute de sus servicios y espacios públicos.
El Programa «Ciudades Seguras» da continuidad y profundiza un proceso de articulación, ya iniciado en la región, entre organizaciones de la sociedad civil y gobiernos. Redes de mujeres y redes feministas han contribuido en los últimos años al debate político, a la generación de propuestas y al avance en el conocimiento sobre la violencia de género, en la perspectiva de incidir en políticas públicas. La Red Mujer y Habitat, Repem y Cladem, son parte de las organizaciones que lideran en estos temas.
El Programa Regional incluye a las ciudades de Bogotá, Rosario y Santiago, y esperamos ampliarlo a más ciudades de la región. Entre sus resultados esperados están ampliar el conocimiento sobre la «seguridad» de las mujeres en las ciudades; fortalecer el debate público en torno a ello; e incorporar al debate conceptual sobre seguridad/convivencia, el tema de la violencia de género. Interesa incluir este tema no solo en agendas de organizaciones sociales, sino muy especialmente en las políticas públicas. El Programa también se propone implementar estrategias de intervención participativa en ciudades, incorporando en ellas una perspectiva de género; fortalecer las redes de mujeres y gobiernos locales, en particular los mecanismos de la mujer en este nivel administrativo, así como a feministas y académicas preocupadas de estos temas.
La presente publicación es un importante producto inicial del Programa «Ciudades Seguras». Su contenido remite al debate realizado en el marco del Seminario Internacional «Ciudades sin violencia para las mujeres, ciudades seguras para todas y todos». Este Seminario se llevó a cabo en Santiago, Chile, en agosto de 2006, en la sede del Centro Cultural de España en Santiago, con el apoyo de la Oficina de AECI en Chile, por lo que agradecemos al Sr. Antonio Fernández-Mazarambroz, Consejero Cultural y de Cooperación de la Embajada de España, y al Sr. Jesús Oyamburu, Director del Centro Cultural de España. El encuentro contó con la presencia de la Ministra del Servicio Nacional de la Mujer, Chile, Sra. Laura Albornoz; de la Ministra de Vivienda y Urbanismo, Chile, Sra. Patricia Poblete; y del Subsecretario del Interior, Chile, Sr. Felipe Harboe. Acompañaron diputadas, autoridades y varias jefas de Servicios Públicos de Chile. De Unifem asistieron la Directora Regional para América Latina y el Caribe, Dra. Marijke Velzeboer Salcedo, y la Directora para los Países Andinos, Sra. Moni Pizani. También hubo una fuerte presencia de funcionarios de organismos internacionales, de invitados extranjeros y de redes y organizaciones feministas y ONG nacionales de mujeres y organizaciones sociales.
Unifem agradece a todas las personas que, con su contribución, han hecho posible este libro, que nos plantea nuevos desafíos en la construcción colectiva de ciudades sin miedo y sin violencia para todas y todos.