CONVOCATORIA DE INVESTIGACIÓN PARA EQUIPOS:
Las condiciones geográficas, ecológicas y geológicas de América Latina y el Caribe convierten a la región en una zona de interés geo-político-económico en el contexto de los flujos de poder y las disputas hegemónicas globales. De esta manera, el subcontinente ha jugado un rol de proveedor de materias primas para abastecer las demandas globales a lo largo de los últimos siglos. En la actualidad, se perfila como proveedora tanto de los minerales metálicos y no metálicos que la transición digital y energética requiere, de los territorios para la instalación de gigantescos emprendimientos para la generación de energía “renovable”, así como como de otros bienes relativamente escasos y muy apreciados en el mundo contemporáneo. Esta dinámica responde al funcionamiento del metabolismo social capitalista, anclado a la noción de crecimiento y de desarrollo extractivista y a las hegemonías (y sus grupos privilegiados) que buscan mantenerse como tales.
Estos procesos atraviesan a las sociedades latinoamericanas y caribeñas aumentando los privilegios de los deciles más ricos, sostenidos en más injusticia social, la profundización de las desigualdades y la vulneración de los derechos humanos y colectivos de los deciles más pobres. La desigualdad social es inescindible de otras injusticias desde un enfoque interseccional: de género, étnico-racial, de ruralidad, territorial, generacional y, además, de la vulneración permanente de los derechos de la naturaleza.
Para contrarrestar los procesos descritos es necesario implementar políticas claras y efectivas definidas de modo participativo y con base en las necesidades y anhelos de la mayoría de la sociedad y no a las presiones y extorsiones de los grupos de poder, en su mayoría transnacionales. Asimismo, se requiere de una escucha atenta hacia las propuestas que emergen desde los Pueblos de la Tierra para la construcción de alternativas a la crisis ambiental que es, en definitiva, una crisis de civilización. Para lograrlo, se necesita la participación activa de los movimientos y organizaciones sociales, de la academia, de los formuladores de políticas públicas, y tomadores de decisiones, desde una perspectiva multidimensional, multiactoral y multinivel.