Por Ángel Américo Fernández
En lugar de echar mano del concepto de historia como sucesión de hechos, eventos o acciones ubicadas en el espacio y en el tiempo, Wilhelm Dilthey prefiere el exquisito y estético concepto de mundo histórico. Con esta estrategia teórica ha dado un paso trascendental para la fundamentación de las ciencias del espíritu, por cuanto ha introducido el concepto de Mundo que está habitado por un principio complejo. El término mundo ya implica sentido. En efecto, “mundo histórico” ofrece diversos planos de significación. En un nivel empírico o de “positividades” se puede identificar los hechos o acciones históricas en su dimensión “objetiva”, como mundo de los “objetos” o creaciones históricas. En otro registro pero de capital significación se encuentra el mundo subjetivo o de las conexiones psíquicas de los individuos que a partir de sus “vivencias” o “conexión de vivencias” hacen interpretaciones. En el proceso de comprensión de los acontecimientos humanos ocupan un papel importante nuestras vivencias, pues en las ciencias del espíritu los hechos se presentan “desde adentro” en la vida anímica.