María Victoria Sordini
Presentación:
Los retos de la reflexividad en la práctica. Re-visiones sobre las estrategias de indagación y análisis
La investigación social implica un vínculo reflexivo entre los procedimientos y los objetos de indagación. Las decisiones metodológicas que constituyen al planteo del problema y sus objetivos, los modos de indagación y el análisis e interpretación, se enlazan, entraman y anudan desde la reflexividad y la vigilancia epistemológica de la propia práctica (Bourdieu, Chamboredon y Passeron, 2008). El Número 22 de Relmis ofrece un recorrido por diferentes artículos que pondrán en jaque el rol de los y las investigadoras en la construcción y uso de las herramientas de indagación, como también, en el abordaje del análisis e interpretación de datos.
La pertinencia y el aporte de esta nueva edición de Relmis radica en revisitar experiencias de investigación que invitan a re-transitar, junto con sus autores y autoras, las decisiones teórico-metodológicas que, dependiendo de la rigurosidad con las que fueron revisadas, registradas y reflexionadas, han obstaculizado, distorsionado o ampliado la mirada. Siguiendo a Bachelard (1990:15), “el conocimiento de lo real es una luz que siempre proyecta alguna sombra” porque se conoce en contra de un conocimiento anterior. Es decir, se conoce destruyendo conocimientos mal adquiridos o superando aquellos obstáculos. Por ello, el ejercicio de reflexividad es inherente a la práctica de investigación.
De esta manera, la metodología implica un saber teórico, práctico y reflexivo que permite resolver la brecha entre los fundamentos teóricos del conocimiento social y los instrumentos de medición que se ponen en juego para producirlo y validarlo (Piovani, 2018). La introspección del investigador/a en relación a que “piensa en lo que hace” (Woolgar 1988, citado en Hidalgo, 2006) constituye un modo de reflexividad asociada a la autocrítica, a lo experiencial (Hidalgo, 2006). Cada uno de los artículos de este número invita a los lectores y lectoras a volver a pasar por el ejercicio de investigar. A partir de cada una de las experiencias, se irán problematizando múltiples obstáculos epistemológicos (Bachelard, 1990) que cristalizan los entorpecimientos o confusiones que emergen en el proceso de conocer.
La lectura de los artículos de este número constituye, a partir del lenguaje y del pensamiento, una práctica cargada de interrogantes epistemológicos para volverse sobre el rol del investigador/a en la producción de conocimiento. Siguiendo a Oxman (1998), la reflexividad es identificada como una función metalingüística que permite explorar los modos en los que investigadores e investigadoras construyen y evalúan un mundo de significaciones. De esta manera, mediante la reflexividad se pone en duda, se evalúa, se reelaboran las herramientas que garantizarán la confiabilidad y validez en los datos que se producen.
El recorrido por los artículos denota cómo la construcción de los objetos de estudio no es lineal ni se realiza de una sola vez y para siempre. En términos de Bourdieu (2014), la elaboración del objeto no es una heliografía que se dibuja de antemano; en cambio, se trata de una tarea “prolongada y exigente que se completa poco a poco, a través de toda una serie de pequeñas rectificaciones y enmiendas inspiradas en un conjunto de principios prácticos que orientan elecciones tan menudas como decisivas” (Bourdieu, 2014:282). Por ello, en cada artìculo se recupera, desde las experiencias de investigación, las posturas activas y sistemáticas que los investigadores y las investigadoras han tomado ante la construcción y el uso de las herramientas de indagación.
En el primer artículo, titulado Método da indução analítica para análise de grupos focais, Dione Antonio Santibanez y Ricardo Barbosa de Lima revisan el proceso de análisis e interpretación en la implementación de grupos focales. El trabajo discute en torno a la interpretación del corpus de datos y a los vínculos entre teoría y análisis. Desde aquí se propone y reflexiona sobre el uso del método de inducción analítica que se enfoca en la profundidad de análisis en los casos observados. Si bien la progresividad del método implica la elaboración de una teoría resultante del análisis de caso por caso, en este trabajo se discute la relevancia de las proposiciones aplicables a los casos que se consideran viables. Por ello, los criterios de inclusión y exclusión del muestreo, y su incidencia en la explicación del fenómeno, son claves. De esta manera, los autores hacen hincapié en las decisiones que definen a la unidad de análisis. El artículo esboza un recorrido por aspectos nodales para aplicar la inducción analítica en grupos focales, a saber: las características de progresividad y recurrencia que implica el método; el funcionamiento de casos negativos; la reformulación de hipótesis y redefinición del problema y, finalmente, la elaboración del muestreo teórico.
El segundo artículo, “Un libro sobre la vida de los chicos del barrio”. Reflexiones metodológicas de una investigación etnográfica, de Federico Medina, recupera el ejercicio de reflexividad sobre la propia practica de investigación para mostrar cómo el enfoque y la metodología etnográfica le permitieron redefinir y reconstruir el problema de investigación. El trabajo transita todo el recorrido reflexivo que acompañó a la delimitación del objeto de estudio como las condiciones de posibilidad de la producción de un sujeto juvenil como “peligroso/delincuente”. Los primeros pasos en la inmersión en el trabajo de campo desde el enfoque etnográfico advirtieron tramas de interacciones sociales entre políticas, jóvenes y agentes barriales que complejizaban a las primeras definiciones de la unidad de análisis. De esta manera, el artículo invita a re-visitar las posibilidades de la flexibilidad del diseño cualitativo y las potencialidades de la etnografía. El trabajo también recupera interrogantes epistémicos y metodológicos en relación al rol del investigador y su proximidad con el objeto de estudio, compartiendo el ejercicio de vigilancia epistemológica (Bourdieu, Chamboredon y Passeron, 2008) que demandó el proceso de indagación. De esta manera, el autor invita a re-transitar un camino en el que, en tanto investigador, se piensa a sí mismo como sujeto que está inserto y es inseparable de un universo de significaciones y usos sociales que contornean el contexto de investigación.
En tercer orden, Romina Cecilia Elisondo y Ana Vargas tensionan las complejidades e implicancias de la indagación por la creatividad en su artículo Investigar la creatividad cotidiana: desafíos metodológicos. Desde perspectivas psicológicas se apoyan en enfoques socio-culturales que recuperan las interacciones entre sujetos, artefactos y contextos. Del campo de los estudios psicológicos de la creatividad, el artículo reivindica a la metodología cualitativa para la comprensión de los procesos creativos en sus entornos naturales. Profundiza el abordaje de la evaluación momentánea ecológica caracterizando sus diseños, así como también, las potencialidades y limitaciones que presentan para la indagación. El artículo agrega una revisión de estudios sobre creatividad que cristalizan las mencionadas técnicas de indagación.
En cuarto lugar, el artículo Indicadores Locales y Políticas Públicas. Experiencias y desafíos, de Mauricio Phelan y Miguel Oliva, propone el análisis sobre las complejidades de construcción y usos de indicadores con desagregación territorial. Se recupera el aporte de éstos para la gobernabilidad debido a la precisión que aportan en los espacios que observan sean nacionales, subnacionales, locales. Si bien las tecnologías de la información y la comunicación han contribuido en la construcción y utilización de información desagregada, ésta requiere de la reflexividad metodológica. Uno de los elementos nodales es la dificultad de disponibilidad, frecuencia y calidad de datos para los espacios subnacionales. El artículo también refiere sobre alertas metodológicas vinculadas a la construcción y uso de indicadores tales como: ponderación, dirección de ítems y normalización de escalas, ponderación de peso poblacional, obsolescencia de indicadores y posibilidades de prospectiva y proyección.
Por su parte, el artículo Imagen del Mundo y Políticas Sociales: reflexiones metodológicas en torno al análisis documental, de Rebeca Cena, comparte el proceso de análisis de documentos estatales re-visitando las decisiones metodológicas que implicó el almacenamiento, sistematización y ordenamiento de los mismos, así como el trabajo sobre la validez, veracidad y tratamiento de fuentes. Con la meta cognitiva de reconstruir la imagen del mundo de las políticas de transferencias condicionadas de ingresos nacionales, la autora explicita los elementos nodales sobre cómo se realizó la observación, análisis e interpretación. En el artículo se explicita el proceso de reflexividad que implicó la vigilancia epistemológica sobre la autenticidad de los documentos, disponibilidad de los mismos, elaboración del muestreo, y potencialidades para la interpretación. Rebeca Cena ofrece un recorrido detallado por la codificación, elaboración de la matriz de análisis y clasificación según categorías temáticas. El trabajo cristaliza la pertinencia en el campo de estudio de las políticas sociales que implica el análisis documental y la indagación sobre la imagen mundo. Este aporte, teórico y metodológico, posibilitó el acceso a supuestos, propósitos y esquemas de valores a partir de los cuales los documentos fueron elaborados. Así también, la observación longitudinal permitió el análisis de los sentidos que históricamente se han construido alrededor de dichas políticas.
Finalmente, Juan Dukuen comparte su reseña sobre el libro Le laboratoire des sciences sociales. Histoires d´enquêtes et revisites (Laferté, Pasquali & Renahy, 2018) en la que expone aspectos de la orientación teórico-metodológica que llevó a los autores a inscribirlo bajo el lema de hacer de la reflexividad virtud. La reseña enfatiza sobre la dimensión empírica e histórica de la reflexividad. Luego de recorrer tópicos y enfoques metodológicos abordados en los capítulos, Dukuen propone un diálogo posible entre la propuesta reflexiva de la obra y algunas perspectivas antropológicas recientes producidas “desde el Sur”.
Lo recorrido hasta aquí muestra la estrecha e imperiosa articulación entre las herramientas empíricas y los corpus teóricos que implican los procesos de construcción de los objetos de estudio. El ejercicio de reflexividad involucra una actitud relacional que tensiona los objetos de estudio que se construyen con los fines que se pretenden alcanzar y las metas propuestas (De Sena, 2015). De este modo, todo el proceso requiere, como señala Wright Mills (1964), llevar un registro a modo de “auto-reflexión para aprender a mantener despierto el mundo interior. Siempre que impresionen sucesos o ideas, no se deben dejar ir de la mente, al contrario, se deben formular para nuestro archivo y, al hacerlo, desentrañar todo lo que implican” (Wright Mills, 1964:208). Allí se pone en juego la ruptura (Bachelard, 1964; Bourdieu, Chamboredon y Passeron, 2008) con la proximidad al objeto de estudio y el ejercicio de investigar como una práctica que cuestiona constantemente los principios mismos de sus propias construcciones.