Por Hebe Vessuri
Resumen:
El conocimiento científico, ligado a la historia del mundo moderno, compartió la estructura racista y prejuiciosa de las sociedades europeas donde se institucionalizó. Ha sido solo en los últimos cincuenta años cuando las ciencias sociales en los países dominantes descubrieron que había un mundo social, más allá de los Estados-nación, que no podían seguir ignorando. Actualmente se han incrementado y visibilizado voces múltiples en el campo global de las ciencias sociales. El trasnacionalismo, como diálogo prudente capaz de negociar acuerdos mínimos y progresivos entre gente de diversos orígenes que comparten los mismos espacios, puede favorecer el avance de las ciencias sociales en un espíritu de mayor simetría y apertura para lograr colaboraciones que permitan enfrentar los grandes desafíos del presente.