Por Amy Maxmen
Nuestra bien conocida y apreciada Amy Maxmen de nuevo publica un excelente artículo. En esta ocasión en The Washington Post comenta la iniciativa para involucrar a gobiernos, entidades públicas y empresas privadas en el Sur global para la producción de vacunas en futuras pandemias. Se trata así de evitar la tremenda desigualdad que se produjo en la distribución de vacunas para COVID-19.
En el texto, describe los esfuerzos que los países africanos y otros como Brasil están llevando a cabo en la actualidad para asegurar su capacidad de respuesta, no solamente ya frente a COVID-19 y otras pandemias futuras, si no también frente a enfermedades como la tuberculosis que están asolando el continente africano. Como señala A. Maxmen citando a Graham al final de su artículo: “Tenemos la ciencia para hacer las cosas correctas si tuviéramos la voluntad política”.
Una vez que quedó claro que las naciones ricas se ayudaron a sí mismas con las vacunas contra el coronavirus, mucho antes de que las naciones más pobres tuvieran acceso, los investigadores de África, Asia y América del Sur se unieron a la Organización Mundial de la Salud en una afirmación: Nunca más, se permitirían estar a merced del mundo occidental mientras un patógeno mortal atravesaba sus regiones.