Por Pablo Caraballo
Resumen:
De acuerdo con las estadísticas, los principales perpetradores de la violencia en Venezuela son hombres jóvenes que habitan el “barrio”. Pero también son ellos sus principales víctimas. El propósito de este trabajo es analizar la dimensión simbólica y expresiva de esta violencia, asociada a la figura del “malandro”, y las alternativas que, desde lo público y desde los propios jóvenes, harían viable su contención. En ese sentido, se discute el modo en que otras identidades masculinas actualizan el ideal de género prescrito y, aun sin renunciar a la lógica del respeto masculino, ponen en práctica discursos alternativos que cuestionan los patrones internalizados de violencia. Sostenemos que el reconocimiento y estructuración de las comunidades formadas alrededor de estos otros discursos identitarios permitiría avanzar en una política más efectiva de disminución de la violencia, siempre que su implementación se asuma desde un enfoque integral que atienda aquellas condiciones contextuales que hacen posible la persistencia del problema.