Introducción:
El tema del sabio y el poder es un clásico en la literatura de la sociología de la ciencia, siendo el texto mas conocido el de Max Weber titulado El científico y el político (1972). Pero la intención en ese artículo es ir más allá, concretamente cuando el científico se relaciona con la sociedad desde la perspectiva del experto.
Si bien conocimiento y quien lo produce tiene metas y objetivos diferentes del que hace política, el asunto se complejiza cuando surge la ciudadanía organizada o lo que hoy conocemos como sociedad civil, pues el asunto del bien común o del bien del grupo social o de la humanidad está en el horizonte de estas relaciones. La historia nos revela que el hombre de conocimiento ha tenido que definir esa humanidad de acuerdo a los parámetros de su época; y contemporáneamente la definición es más inclusive que la que Arquímides tenía en mente, al crear máquinas de guerra para defender a su nativa Siracusa. Hoy en día abarca concretamente a la especie humana que habita el Planeta Tierra. No en balde el ex-presidente de los Estados Unidos Al Gore y la comisión de expertos de las Naciones Unidas se han ganado el Premio Nóbel de la Paz 2007; antes este galardón absolutamente definido por criterios políticos, se había dado por acciones relacionadas con las causas políticas (negociadores de guerras, pro derechos humanos) hoy, por un asunto que nos atañe a todos.
La relación entre conocimiento, expertos y sociedad vienen a desarrollarse en la época contemporánea, cuando una población más educada e interesada en lo que hacen los científicos empieza a inquirir acerca de los objetivos y productos de la ciencia.
En este trabajo esbozaremos algunas de las situaciones en las que el científico actúa como experto y las consecuencias que ello tiene tanto para él como para el grupo humano a quien se dirige. Nos referimos preferentemente a situaciones que se han presentado en la sociedad venezolana.
