La teoría social, ahora

La teoría social, ahora

Claudio E. Benzecry, Monika Krause e Isaac Ariail Reed

Introducción

En 1987, Anthony Giddens y Jonathan Turner publicaron La teoría social hoy, una compilación de ensayos originales de académicos de distintas tradiciones teóricas. El libro reunía a un grupo de autores prominentes en ese momento, cuya reputación no dejó de crecer desde entonces: Immanuel Wallerstein, Axel Honneth, Ralph Miliband, Jeffrey Alexander y Hans Joas, entre otros. Sin embargo, diríamos que no fue solo el calibre de sus colaboradores lo que hizo que el libro se destacara entre los “libros de teoría”.

La teoría social hoy se impuso una tarea bastante peculiar y ambiciosa, y se diferenció notablemente de varios formatos de publicaciones de larga data en esta área. Dado que reunía ensayos originales de académicos dedicados a la investigación de distintas tradiciones teóricas, no era un libro de texto ni un manual. Los libros de texto de teoría proporcionan una visión general coherente, a menudo creativa y original, de la teorización en diversas tradiciones, pero, casi por definición, su autor o autora no participa activamente en la investigación dentro de esas tradiciones. Por su parte, los manuales reúnen a autores muy bien versados en un enfoque específico, pero suelen incentivarlos a escribir resúmenes accesibles en lugar de documentos originales, y rara vez ofrecen un sentido de narrativa general. La teoría social hoy también se diferenció de otras publicaciones influyentes de la época. Por ejemplo, Jeffrey Alexander y otros (1992) y Karin Knorr-Cetina y Aaron Cicourel (1981) reunieron al mismo tiempo a una gama de autores igual de impresionante, pero encararon sus volúmenes de otra manera. Pidieron a los colaboradores que trabajaran sobre un problema específico, el del vínculo micro-macro, que en ese entonces constituía el límite del desarrollo teórico.

En cierto modo, el proyecto de Giddens y Turner estaba menos focalizado, pero era más ambicioso. En vez de abordar un tema específico, los compiladores se centraron en la teoría en sí misma, y posiblemente este sea uno de los motivos por los que en nuestros días su libro quizá resulte de mayor interés que esas otras publicaciones, ya que incluye otras discusiones y otros problemas. La teoría social hoy se publicó hace treinta años, y todavía no ha aparecido ningún texto que lo sustituya. Creemos que una obra como La teoría social hoy es necesaria porque, aunque el panorama intelectual e institucional de la teoría social haya cambiado, se sigue enseñando la teoría y no dejan de producirse libros de texto y manuales. Aún hoy, la teoría social y la teoría sociológica son un nexo entre la enseñanza, la investigación y el debate, un punto de referencia intelectual importante para muchos académicos en actividad.

En este contexto, La teoría social, ahora busca trasladar al presente la ambición del tipo de diálogo representado en La teoría social hoy. Desde luego, no podemos compararnos con personalidades de la talla de Giddens y Turner, pero, al igual que estos compiladores, también pedimos a autores de distintas tradiciones teóricas que escriban un capítulo que presente el panorama conceptual según el contexto de su propia investigación y que argumenten hacia dónde creen que debe dirigirse en términos conceptuales el trabajo en su correspondiente tradición.

La teoría social, ahora presenta una nueva lista de tradiciones teóricas, que consideramos relevantes para conversar sobre la teoría social en la actualidad. Con este libro, esperamos aportar un análisis de lo que está sucediendo en las tradiciones teóricas clásicas, entendiendo que la era posterior a la Segunda Guerra Mundial es en la actualidad “clásica” en sí misma. También incluimos un capítulo sobre el feminismo, que extrañamente faltaba en 1987, y nuevas áreas de exploración para la teoría social, como la teoría poscolonial, la teoría del actor-red y la sociología de las convenciones.

El carácter fragmentado de la teoría social plantea interrogantes sobre qué es lo que hoy en día la mantiene unida (si hay algo que pueda hacerlo); por eso sentimos que debíamos ir más allá de la mera actualización del título de cada capítulo. En este contexto, argumentamos que la teoría social no se mantiene unida por acuerdo alguno sobre el contenido o un contexto institucional compartido, sino que muestra cierta coherencia en torno a varios supuestos de segundo orden sobre los que tal vez valga la pena discrepar.

En su introducción, Giddens y Turner se enfocan rotundamente en la epistemología y en la indagación de si la sociología puede o debe ser una ciencia. Por nuestra parte, detectamos un conjunto más amplio de temas. Ponemos a prueba la proposición de que la teoría social es un diálogo sobre cuatro cuestiones centrales: los teóricos sociales se preguntan cómo es posible el orden social y debaten los respectivos papeles de la materialidad en la vida social, del significado y de la práctica. Además, dos tipos de inquietudes son recurrentes en estas cuestiones centrales: los teóricos tienden a adoptar una posición respecto de la epistemología (cómo es posible el conocimiento del mundo social) y la historia (cómo ocurren y se desarrollan los principales cambios históricos en la estructura de la vida social, y cómo afectan nuestro conocimiento del mundo). Estas preguntas y temas guiaron la selección de las tradiciones de pensamiento que incluimos en este volumen; buscamos aquellas que, a nuestro parecer, ofrecían respuestas muy distintivas a estas preguntas.

Si bien consideramos que, por cierto, la teoría social es un diálogo sobre estas cuestiones y estos temas en diferentes posiciones institucionales y geográficas, también somos conscientes de que en nuestro reclamo hay algo performativo, y en efecto esperamos que así sea; deseamos que La teoría social, ahora contribuya en cierta medida a la materialización de dicho diálogo, aunque también sabemos que este no será de pleno entendimiento mutuo y transparencia, sino que se parecerá más a la “zona de intercambio” de objetos heterogéneos que señaló Peter Galison (1997) en el caso de la física. No fuimos muy preceptivos al contactar a los autores, pero sí les ofrecimos un sumario de nuestros temas como coordenadas que los orientasen durante la escritura de sus capítulos, y ahora brindamos un análisis de estos temas como marco específico para leer las contribuciones que siguen.

Somos conscientes de que no todos estarán de acuerdo con los temas que hemos elegido como centrales en la teoría social actual. Desde luego, también entre los compiladores de este libro hay desacuerdo respecto del peso y la importancia relativos de estos temas, y más adelante retomaremos algunos de dichos debates. Sin embargo, por cada una de las discusiones que tuvimos entre nosotros y con otros sobre la lista de temas y sobre el índice de capítulos, y que tal vez tengamos en el futuro, también querríamos recordar a los lectores algunos de los peligros que salen al paso en el itinerario opuesto, que no intenta dar con preguntas compartidas ni incita a una conversación entre tradiciones distintivas, por selectas y justificadas que sean.

Podríamos decir que sin preguntas compartidas ni diálogo en un ámbito llamado “teoría social”, veríamos investigaciones con menos teoría, más fragmentación en áreas temáticas de conocimiento y más teorías del tipo que celebra el conocimiento especializado de los autores consagrados. También veríamos (incluso) más documentos que adjuntan datos a “la teoría” sin percatarse de la existencia de otras teorías y perspectivas, y (aun) más afirmaciones de lo novedoso que aparece como tal solo dentro de las tradiciones, y solo porque estas se cultivan de manera estrecha.

En lo que sigue, primero analizaremos brevemente el contexto institucional y epistémico de la “teoría social” en la actualidad, y comentaremos la relación entre esta y la “teoría sociológica”. Luego estudiaremos las preguntas y los temas que hemos identificado, observaremos los nexos de este libro con la enseñanza y ofreceremos un breve resumen de todos los capítulos: cada uno introduce y presenta una tradición y despliega una argumentación para una agenda que promueva un mayor desarrollo teórico dentro de ese marco.

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