Por Joseph A. Rodríguez
Más que sucumbir ante las llamadas «crisis», la Sociología aparece a principios de la década de los noventa en uno de sus momento más fructíferos y creativos. De cara al nuevo siglo, la Sociología está asumiendo el papel más dinámico de todas las ciencias sociales. De hecho, en su aproximación a las otras ciencias sociales (antropología, historia, economía), la Sociología contribuye con renovada energía y liderazgo al estudio de los fenómenos e instituciones sociales.
El desarrollo de la Sociología (teórico y en estudios empíricos) de esta década de los noventa representa un distanciamiento progresivo con respecto al dogmatismo teórico y va en la dirección de una síntesis teórica. Las nuevas generaciones de sociólogos rompen progresivamente las viejas barreras y divisiones teóricas y conceptuales. El interés ya no es la defensa de viejas tradiciones teóricas, sino el desarrollar teorías nuevas y más sintéticas. Las recientes contribuciones son a la vez menos propensas a centrarse en un nivel de análisis social y más interesadas en las interrelaciones de los múltiples niveles. Son resultado de la tendencia dominante en estos años de ligar los niveles de análisis micro y macro.