Por Roberto Briceño-León y Gloria Perdomo
Resumen:
La investigación sobre la violencia en las comunidades indígenas se refiere a las prácticas tradicionales de competencia por los bienes escasos y enfrentamientos con otras poblaciones por sus territorios. La violencia contra los niños no se ha conocido, y algunos estudios afirman la existencia de una tradición de buen trato hacia ellos. Este estudio muestra que la situación cambió y que nuevas formas de violencia están afectando a 725.000 habitantes de los 51 grupos indígenas de Venezuela, especialmente niños y adolescentes. El método utilizado fue entrevistas con informantes clave, un censo secundario, así como datos de la sociedad civil e informes de periodistas. Los resultados describen la existencia de cuatro tipos de violencia: (a) violencia estructural, derivada de la escasez de comida y medicinas, que ha causado muertes debido a la malnutrición y falta de atención médica; prostitución, tráfico de niñas y emigración forzosa; (b) la violencia del crimen organizado, que ejerce el control de la minería ilegal y afecta a los Yanomami y Pemón, como fuerza de trabajo para la producción de coca y tráfico de drogas en el caso de los Yupka; además de contrabando de gasolina con los Wayúu; (c) la violencia doméstica, debido a los cambios culturales, derivada de nuevos patrones de consumo de alcohol o la aplicación del castigo físico de niños entre los Piaroa y Yekuana; y (d) la violencia ilegal del estado para la imposición de la minería con los Pemón o la represión de las protestas con los Warao e Inga. El artículo expone la gran diferencia entre el discurso oficial de protección a los indígenas y las realidades de violencia, explotación criminal y violación de los derechos sufridos por los niños y adolescentes indígenas.